Mateo 8:14-17
Jesús estaba llevando nuestras enfermedades y sufriendo nuestros dolores. Su poder y su compasión se hacían evidentes en la forma en que trataba a los que sufrían. Dios no es insensible a nuestro dolor y tiene poder sobre las enfermedades.
Así también, en mi esa compasión me lleva a identificarme con el que sufre, compartir su dolor y llevarlo hacia Dios para que experimente su poder transformador.
Necesito esa compasión de Jesús para no insensibilizarme ante el dolor ajeno. Al mismo tiempo necesito esa fe para no sucumbir al comprender la magnitud del sufrimiento del otro.
Oración: Lléname de compasión y fe para poder enfrentar los sufrimientos más duros de la vida, con valentía y esperanza.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
No hay comentarios:
Publicar un comentario