jueves, 10 de septiembre de 2020

Amar... ¿a quién?

Mateo 5:43-48

Si. Jesús no sólo nos habla de suspender la venganza, sino de amar ...A LOS ENEMIGOS. Muchos pensamos: ¡esto es una locura! ¡Es imposible!... y si es verdad, sin el poder de Dios sería imposible que yo pueda amar a mi enemigo. Pero teniendo a Jesús en mi vida, también tengo acceso al poder para amar. 

Amar es valorar a esa persona y buscar su bien con mis pensamientos y mis acciones. Cuando experimento el amor de Dios hacia mi aún cuando no lo merezco, me lleva a ser más misericordioso y paciente con los que me maltratan.

En el verso 45 y 48 Jesús nos dice que la razón de amar al enemigo es que constituye un rasgo de mi identidad como hijo/a de Dios.

Porque soy hijo de Dios amo a mi enemigo. Dicho de otro modo, si no amo a mi enemigo, estoy traicionándome, estoy traicionando mi identidad en Jesús. No estoy siendo hijo/a.

Dios ama a todos con amor incondicional, si soy hijo/a de Dios, no tengo derecho de traicionar ese amor de mi padre Dios. No tengo derecho a odiar a alguien a quien Dios ama. Si Dios ama a todos, no hay personas a las que yo tenga derecho de odiar.

Oración: Señor reconozco que no me es natural amar al extraño o al que me hace daño. Quiero desear el bien a la persona que no me desea el bien, orar por ella y encontrar maneras de bendecirla con mis acciones. Necesito que me llenes de tu amor, de valentía y de sabiduría para tomar ese camino más excelente.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

No hay comentarios:

Publicar un comentario