lunes, 12 de octubre de 2020

Faltan obreros

Mateo 9:35-38

Al ver las multitudes agobiadas y desamparadas Jesús se compadece y llama la atención a la falta de obreros. La obra que Jesús estaba realizando era enseñar, anunciar las buenas noticias del reino y sanar a los enfermos.

Hoy la realidad es semejante, la pandemia nos ha enseñado que no podemos apoyarnos en unos pocos obreros para millones de personas. Además de hacer nosotros la obra de Cristo, es necesario multiplicar los obreros para enseñar la Biblia, anunciar las buenas noticias y sanar a la gente.

Jesús nos pide que oremos para que el Señor envíe obreros a la obra. Los seguidores de Jesús no pueden seguirle como consumidores pasivos de sus enseñanzas y de la sanidad que vino a traernos. Son necesarias muchas personas que formen parte de la red de entrenamiento y capacitación para que reproduzcan la obra de Cristo en la tierra y alcancemos a las multitudes necesitadas.

1. Orar para que Dios envíe obreros.

2. Preguntarme si yo soy uno de esos que Dios quiere enviar.

3. Involucrarme en la capacitación de más obreros para la obra de Dios.

4. Dar continuidad a la misión de Cristo de enseñar las Escrituras, anunciar las buenas noticias del reino de Dios y llevar sanidad a la gente de hoy.

Oración: Envía obreros/as a tu obra. Aquí estoy dispuesto/a a hacer la obra y capacitar a otros para que se aumente la red de obreros que continúan tu obra en está tierra.



Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

domingo, 11 de octubre de 2020

Opiniones

Mateo 9:27-34

Jesús sanaba a enfermos y expulsaba espíritus que tenían esclavizada a la gente. Pero mientras Él hacía estas obras extraordinarias, se cuidaba de no ser manipulado por la opinión de los demás.

Jesús frenaba la divulgación de los milagros que hacía, pero la gente los seguía publicando. Aunque algunos se alegraban de las obras maravillosas que Dios estaba haciendo, otros preferían creer que era obra del demonio.

Aunque escuchar a la gente tiene su utilidad y a veces Dios usa a los demás para mostrarme el consejo de Dios; no todo lo que dice la gente es digno de ser tenido en cuenta. Si Jesús experimentó incomprensión y rechazo de la gente y aún, a veces de sus propios discípulos, no sería sensato esperar que si sigo Sus pisadas voy a recibir la aprobación de todos (Juan 15:20).

Si me importa demasiado lo que opina la gente, podré ser manipulado más fácilmente en direcciones equivocadas. Necesito aprender a valorar más lo que dice Dios que lo que dice la gente. Él sabe mejor que nadie lo que es correcto. A Él tendré que rendir cuenta un día de lo que hice en esta tierra durante mi vida, por lo tanto, daré prioridad a conocer y obedecer Su voluntad.

Oración: Gracias Dios por guiarme con Tu palabra y con Tu Espíritu. Ayúdame a discernir Tu voluntad y a no dejarme manipular por la opinión de los demás.



Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

sábado, 10 de octubre de 2020

12 años de enfermedad

Mateo 9:20-22

Es muy probable que con 12 años de hemorragias la mujer haya tenido anemia crónica. Acercarse a tocar a Jesús por detrás, muestra falta de energía física o emocional para llamar la atención de Jesús. Aunque no mostró valentía o fuerza, Jesús valoró su decisión de poner su confianza en Dios y la sanó.

El hecho de que mi problema se haya prolongado en el tiempo, no significa que Dios no vaya a intervenir. Si me siento sin fuerzas físicos o emocionales, eso no es un impedimento para que Dios actúe en mi. Sólo debo poner mi confianza en Dios.

Eso es tener fe, poder entregar mis asuntos a Dios, no seguir preocupándome y descansar en la confianza de que Él tiene mis asuntos en sus manos. Él actuará en el momento adecuado y de acuerdo a sus propósitos eternos. Dios podrá actuar instantáneamente como con esta mujer, o a veces tendré que aprender a esperar, pero sea cuál sea la forma que Dios escoja para actuar, será lo más adecuado según su infinita sabiduría y voy a aceptar Su decisión.

Oración: Ayúdame a crecer en fe y en humildad. En fe, para que pueda entregarte todos los asuntos que me afligen. Y en humildad, para poder aceptar tu decisión sea cual fuere. Y si tengo que esperar ayúdame a mantenerme firme en la fe.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

viernes, 9 de octubre de 2020

Aunque esté muerta

Mateo 9:23-26

Aunque estemos en una situación que parezca definitiva e incambiable, Jesús tiene la última palabra y puede cambiar eso. Como lo hizo con esa niña muerta, Dios es capaz de cambiar las circunstancias más irreversibles.

Dios es el que crea el mundo de la nada, el que abrió el Mar Rojo, el que hizo caer la murallas de Jericó, el que dio la victoria contra gigantes y enemigos poderosos, el que derrotó el pecado y la muerte para que podamos ser redimidos y restaurados. Jesús abrió el camino para nuestra salvación eterna. ¿Habrá alguna cosa difícil para Dios? (Jeremías 32:27)

Ni la enfermedad, ni la pandemia, ni la muerte, ni las dificultades económicas, políticas o sociales... nada puede frenar la acción de Dios. Por eso, con Jesús nunca pierdo la esperanza. Me ayuda a adaptarme a cualquier circunstancia por más dura que sea. Él siempre tiene un camino, una solución, una salida, una esperanza y nunca me quedo sin opciones.

Oración: Señor, perdóname cuando en mis decisiones sólo considero mis recursos y capacidades personales. Reconozco la magnitud de Tu poder y autoridad. Me someto a Tu voluntad para ir aún más allá de mis propias posibilidades hacia el cumplimiento de tus propósitos eternos.

Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

martes, 6 de octubre de 2020

Momento para ayunar

Mateo 9:14-17

Los fariseos ayunaban por costumbre en forma habitual. Jesús reclama el ayuno como una experiencia especial para tiempos difíciles y de búsqueda. Jesús compara Su presencia entre sus discípulos con una fiesta de bodas. Un tiempo alegre y festivo en el cual el ayuno hubiera sido inapropiado.

Jesús personalmente usa el ayuno en momentos de decisión y lucha espiritual. Lo más importante del ayuno de Jesús en el desierto no fue la duración de 40 días, sino el hecho de que venció las tentaciones y se preparó para el resto de su ministerio.

Algunos ayunan para poder decir -ya cumplí-, -ya ayuné-, como si tuviera valor en si mismo. El ayuno es una herramienta, no es un fin en si mismo. Ayunar me ayuda a concentrarme mejor en la oración. La comida se hace menos importante y Dios recibe toda mi atención. El ayuno es un buen ingrediente para mis tiempos de oración más intensos: tiempos de búsqueda, de discernimiento o de conflicto espiritual.

Oración: Gracias por darme la herramienta del ayuno. Ayúdame a utilizarla apropiadamente para mi desarrollo personal, para la bendición de otros y para la extensión de tu reino.

Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

lunes, 5 de octubre de 2020

¿Con quién me relaciono?

Mateo 9:9-13

Jesús tenía relaciones saludables con aquellos que no eran saludables. Él tenía claro que no vino a buscar a justos sino a pecadores. Jesús no tenía miedo de que la gente le contagie sus malas costumbres. En vez de alejarse de los marginales, inadaptados y enfermos, Él se acercaba, comía con ellos y los tocaba. Él quería llevarles vida y amor y para amar se necesita un contacto cercano.

Dios espera que tenga amor y misericordia hacia los demás ¿Practico esa misericordia o sólo me relaciono con gente buena? ¿Me relaciono con el que necesita ver a Jesús en mi o sólo me junto con los que piensan como yo?

¿Cómo van a conocer a Jesús otros si me aislo de los demás?¿Cómo van a verlo en mi si no saben como pienso, como reacciono, lo que me alegra y lo que me entristece? La gente necesita oportunidad y tiempo para ver a Dios actuando en mi vida.

¿Qué oportunidades busco para pasar tiempo con aquellos que no conocen a Jesús? ¿Qué porcentaje de mi tiempo estoy entre aquellos que necesitan ver las luz de Cristo en mi?

Oración: Gracias por amarme aún cuando no lo merecía. Ayúdame a tener esa misma misericordia con aquellos que todavía no te conocen. Ayúdame a ser luz donde hace falta.

Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

domingo, 4 de octubre de 2020

Perdonar

Mateo 9:1-8

Algunos dicen: "tal persona no merece perdón". Pero, en realidad ningún perdón es merecido. Todo el que es perdonado es porque hizo algo malo, quebrantó alguna regla o hizo algo que no debía.

Cuando perdono a alguien, lo que generalmente hago es renunciar al rencor y a mi deseo de venganza. Si el agresor se arrepiente y cambia, mi perdón puede ayudar a restaurar esa relación rota. Pero mi perdón no es suficiente para eliminar la culpa del agresor. Él sufrirá las consecuencias de su acción y sólo Dios podrá perdonarlo y limpiarlo de su culpa si se arrepiente de verdad.

Jesús demostró que tiene poder y autoridad para perdonar nuestros pecados. No hay error tan grande que Él no pueda perdonar. Al morir en la cruz Él pagó el castigo por mi culpa para que yo no tenga que seguir cargando con ella. Lo que me corresponde hacer a mi es entregarle mis errores y confiar en su perdón. Jesús es el que me perdona y me limpia de mi pecado.

El perdón de Jesús me habilita para dejar atrás los errores del pasado y comenzar a vivir de manera correcta con una consciencia limpia.

Oración: Gracias porque puedes y quieres perdonarme. Reconozco lo que hice mal, acepto tu perdón y te pido que me limpies para poder vivir de manera saludable.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

sábado, 3 de octubre de 2020

Malo conocido o bueno por conocer

Mateo 8:28-34

Los gadarenos se habían acostumbrado a la violencia y al peligro que representaban los endemoniados. Cuando Jesús los libera del problema, la gente del lugar, en vez de alegrarse le piden que se aleje de su región al ver que es una persona muy poderosa.

Aunque Dios tiene el poder para liberarme de las cosas de las cuales no me puedo liberar por mí mismo, todo crecimiento y progreso requiere cambios y ajustes en mi vida. Aunque estos cambios sean positivos, muchas veces generan resistencia de mi parte porque ya me acostumbré a un estilo de vida menos bueno.

Por eso para mejorar y crecer necesito primero reconocer lo que está mal en mí y luego estar dispuesto a hacer los ajustes necesarios que Dios me pide para poder crecer hacia el modelo de Jesucristo.

Los cambios generalmente son incómodos, aún los bueno y uno demora en aceptarlos. Pero sin cambios no hay crecimiento y sin crecimiento no hay madurez.

Oración: Gracias por mostrarme las cosas que no están bien en mi vida. Dame la valentía para aceptar la responsabilidad de mis errores y hacer los cambios que me propones para poder crecer.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

viernes, 2 de octubre de 2020

La fe y el miedo

Mateo 8:23-27

La fe cuando está puesta en Dios es el grado de confianza que tengo en Él y Su capacidad de guiar mis pasos. Hace que pueda vivir más tranquilo y tenga más seguridad y firmeza en lo que hago. La fe viene por el oír la palabra de Dios. A medida que le conocemos más nos damos cuenta de que es digno de confianza y que en Sus manos podemos estar tranquilos, aunque estemos en medio de una tormenta.

Dios es santo, es justo, es bueno, es misericordioso, es perdonador y su amor va mucho más allá de mi capacidad de comprensión. Así que, no podría elegir a otro mejor en quien confiar el destino de mi vida. Solo Dios merece esa confianza.

Cuando me ocurren cosas inesperadas y quedo desconcertado, aún antes de entender lo que está pasando, puedo experimentar la paz que viene de saber que Dios es soberano, conoce todas las cosas, tiene cuidado de mi, me ama más que nadie y tiene mi destino en sus manos.

Cuando en vez de paz, lo que experimento es miedo o preocupación, me doy cuenta de que se debilitó mi fe, estoy comenzando a dudar de la capacidad de Dios de cuidar el destino de mi vida, estoy confiando demasiado en mis propias capacidades. Esto me muestra mi distanciando de Dios. Ya no lo estoy experimentando como Él realmente es. Necesito de la seguridad de Su presencia y la sabiduría de Su palabra. Él es mi refugio y mi consuelo en el dolor. Me restaura y renueva. Me ayuda a volver a comenzar y me devuelve la esperanza. Él es digno de confianza. En Él puedo recuperarme del miedo y volver a encontrar la fe que necesito.

Oración: Gracias por tu presencia en mi. Cada día descubro cuanto dependo de ti. Te pido perdón cuando me dejo aplastar por el miedo o la preocupación. Gracias por tu presencia que me levanta, me consuela y me restaura. Gracias por la paz que sobrepasa todo entendimiento. Esa paz que surge de la seguridad que me da el conocerte. Te amo Dios.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

jueves, 1 de octubre de 2020

¿Sentirse atraído o amarle?

Mateo 8:18-22

Seguir a Jesús muchas veces implica renunciar a privilegios y comodidades. Para seguirle necesitamos priorizar a Jesús sobre cualquier otro asunto. No hay nada más importante en la vida que seguir a Jesús.

Puedo sentirme atraído por el poder y el amor de Jesús y porque hay miles de razones por las que me conviene estar a su lado. Pero hay incomodidades, sufrimientos y dolores que también debo estar dispuesto a soportar al seguirle si verdaderamente amo a Jesús.

Sentirse atraído por Jesús no es suficiente. Si quiero seguirlo de verdad debo aprender a amarle. Amarle es entregarme por completo con una rendición y obediencia auténtica.

Oración: me entrego a ti Jesús para seguirte dondequiera que tú me lleves. Quiero que cumplas tu propósito en mi vida. No te sigo para que me vaya bien, sino, porque te amo y quiero hacer tu voluntad.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin