Mateo 9:27-34
Jesús sanaba a enfermos y expulsaba espíritus que tenían esclavizada a la gente. Pero mientras Él hacía estas obras extraordinarias, se cuidaba de no ser manipulado por la opinión de los demás.
Jesús frenaba la divulgación de los milagros que hacía, pero la gente los seguía publicando. Aunque algunos se alegraban de las obras maravillosas que Dios estaba haciendo, otros preferían creer que era obra del demonio.
Aunque escuchar a la gente tiene su utilidad y a veces Dios usa a los demás para mostrarme el consejo de Dios; no todo lo que dice la gente es digno de ser tenido en cuenta. Si Jesús experimentó incomprensión y rechazo de la gente y aún, a veces de sus propios discípulos, no sería sensato esperar que si sigo Sus pisadas voy a recibir la aprobación de todos (Juan 15:20).
Si me importa demasiado lo que opina la gente, podré ser manipulado más fácilmente en direcciones equivocadas. Necesito aprender a valorar más lo que dice Dios que lo que dice la gente. Él sabe mejor que nadie lo que es correcto. A Él tendré que rendir cuenta un día de lo que hice en esta tierra durante mi vida, por lo tanto, daré prioridad a conocer y obedecer Su voluntad.
Oración: Gracias Dios por guiarme con Tu palabra y con Tu Espíritu. Ayúdame a discernir Tu voluntad y a no dejarme manipular por la opinión de los demás.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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