viernes, 9 de octubre de 2020

Aunque esté muerta

Mateo 9:23-26

Aunque estemos en una situación que parezca definitiva e incambiable, Jesús tiene la última palabra y puede cambiar eso. Como lo hizo con esa niña muerta, Dios es capaz de cambiar las circunstancias más irreversibles.

Dios es el que crea el mundo de la nada, el que abrió el Mar Rojo, el que hizo caer la murallas de Jericó, el que dio la victoria contra gigantes y enemigos poderosos, el que derrotó el pecado y la muerte para que podamos ser redimidos y restaurados. Jesús abrió el camino para nuestra salvación eterna. ¿Habrá alguna cosa difícil para Dios? (Jeremías 32:27)

Ni la enfermedad, ni la pandemia, ni la muerte, ni las dificultades económicas, políticas o sociales... nada puede frenar la acción de Dios. Por eso, con Jesús nunca pierdo la esperanza. Me ayuda a adaptarme a cualquier circunstancia por más dura que sea. Él siempre tiene un camino, una solución, una salida, una esperanza y nunca me quedo sin opciones.

Oración: Señor, perdóname cuando en mis decisiones sólo considero mis recursos y capacidades personales. Reconozco la magnitud de Tu poder y autoridad. Me someto a Tu voluntad para ir aún más allá de mis propias posibilidades hacia el cumplimiento de tus propósitos eternos.

Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

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