domingo, 4 de octubre de 2020

Perdonar

Mateo 9:1-8

Algunos dicen: "tal persona no merece perdón". Pero, en realidad ningún perdón es merecido. Todo el que es perdonado es porque hizo algo malo, quebrantó alguna regla o hizo algo que no debía.

Cuando perdono a alguien, lo que generalmente hago es renunciar al rencor y a mi deseo de venganza. Si el agresor se arrepiente y cambia, mi perdón puede ayudar a restaurar esa relación rota. Pero mi perdón no es suficiente para eliminar la culpa del agresor. Él sufrirá las consecuencias de su acción y sólo Dios podrá perdonarlo y limpiarlo de su culpa si se arrepiente de verdad.

Jesús demostró que tiene poder y autoridad para perdonar nuestros pecados. No hay error tan grande que Él no pueda perdonar. Al morir en la cruz Él pagó el castigo por mi culpa para que yo no tenga que seguir cargando con ella. Lo que me corresponde hacer a mi es entregarle mis errores y confiar en su perdón. Jesús es el que me perdona y me limpia de mi pecado.

El perdón de Jesús me habilita para dejar atrás los errores del pasado y comenzar a vivir de manera correcta con una consciencia limpia.

Oración: Gracias porque puedes y quieres perdonarme. Reconozco lo que hice mal, acepto tu perdón y te pido que me limpies para poder vivir de manera saludable.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

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