sábado, 2 de julio de 2016

Cuando estoy angustiado Tú me respondes

Salmo 86

Descarga tu carga y dolor ante Dios. Di: "ten compasión de mi" como el autor le dice a Dios en medio de su angustia. Él se muestra necesitado de Dios, pide compasión, pide ser reconfortado.

Dios mío,
 yo soy muy pobre y humilde,
pero te ruego que me atiendas.
¡Respóndeme!
Sálvame la vida,
pues te he sido fiel.
Tú eres mi Dios;
sálvame, pues tuyo soy
y en ti he puesto mi confianza.
Dios mío,
ten compasión de mí,
pues a todas horas te llamo.
Yo estoy a tu servicio;
alégrame la vida,
pues a ti dirijo mis ruegos.

Enumera atributos de Dios: Es bueno, perdonador, amoroso, que atiende a las súplicas, inigualable, imponente. "¡Sólo tú haces grandes maravillas!".



Dios mío,
tú eres bueno y sabes perdonar;
¡qué grande es tu amor
por los que te buscan!
Dios mío,
¡atiende mi oración,
presta atención a mis ruegos!
Cuando estoy angustiado,
te llamo y tú me respondes.
Dios mío,
no hay entre todos los dioses
un Dios como tú,
que haga lo que tú haces.
Todas las naciones que tú hiciste
vendrán a adorarte y alabarte.
10 ¡Sólo tú eres imponente!
¡Sólo tú haces grandes maravillas!

Toma la decisión de darle a Dios el lugar supremo en tu vida:

Dios mío,
yo quiero hacer siempre
lo que tú ordenes;
¡enséñame a hacerlo!
Pon en mí este único deseo:
¡adorarte sólo a ti!
12 Mi Señor y Dios,
yo quiero alabarte siempre
con todo el corazón. 

 
Frente al peligro recurre a la misericordia de Dios. Pide fuerza y salvación. "Haz que mi vida refleje lo bueno que eres tú".

13 Tanto me amas
que no me dejas morir.
14 Dios mío,
una banda de asesinos
que presume de su maldad
me ataca y quiere matarme.
No quieren nada contigo.
15 Pero tú, mi Dios,
eres bondadoso y compasivo;
no te enojas fácilmente,
y tu amor es siempre el mismo.
16 Dirige a mí tu mirada
y tenme compasión.
Soy tu servidor más humilde,
¡concédeme tu fuerza
y ven a salvarme!
17 Haz que mi vida refleje
lo bueno que eres tú.
Quedarán en ridículo mis enemigos
cuando vean que tú
me das ayuda y consuelo.

Oración:Gracias te doy Señor porque en medio de la angustia, Tú nunca me desamparas. Me escuchas cuando tengo que atravezar situaciones difíciles. Tú me das las fuerzas que necesito y haces posible que viva y refleje lo bueno que eres tú. Ilumina mi vida con tu presencia. Transfórmame hacia el modelo de Cristo.



martes, 28 de junio de 2016

Cómo acercarnos a Dios...

Salmo 85

El salmista se acerca a Dios haciendo lo que deberías hacer cuando te acercas a Dios: 
  1. Recuerda de donde te sacó Dios, reconoce las veces que Dios obró milagrosamente e intervino en tu propia historia. Esto nos ayuda a valorar lo que Dios ya nos dio y a no venir ante Él con prepotencia. Dios rechaza a los soberbios y da gracia a los humildes. No solo debemos acercarnos a Dios, sino acercarnos con la actitud adecuada.
  2. Ruega por misericordia. Todos hemos fallado a Dios, no hay justo ni siquiera uno. Para acercarnos a Dios no podemos basarnos en nuestra propia justicia. Eso sería tratar a Dios de tonto, como si no supiese quien realmente somos. Cualquiera de nosotros podría ser considerado pecador o justo dependiendo con cual estándar nos medimos. Al lado del estándar de Dios (que es el único objetivo, justo y santo) todos salimos insuficientes en nuestra justicia. Muchas veces en nuestra vida en vez de elegir lo que es justo elegimos en forma egoísta. Así que, lo único que nos queda, sabiendo que delante de Dios no podemos esconder nada, es pedir Su misericordia (Él es el único que puede dárnosla y es dispuesto a dárnosla. 
  3. Pide Su dirección: Él es nuestra ayuda para no volver a cometer los mismos errores del pasado. Debemos desarrollar la capacidad de escucharle cuando nos está hablando (siempre nos está hablando, solo debemos aprender a escuchar). Él es la fuente de paz y justicia.

(1) Del maestro de coro. Salmo de los hijos de Coré.

 1(2) Señor, tú has sido muy bueno con este país tuyo;
has cambiado la suerte de Jacob;
(3) has perdonado la maldad de tu pueblo
y todos sus pecados;
(4) has calmado por completo
tu enojo y tu furor.
(5) Dios y Salvador nuestro,
¡sálvanos también ahora
y no sigas enojado con nosotros!
(6) ¿Acaso vas a prolongar por siempre
tu enojo contra nosotros?
(7) ¿No volverás a darnos vida,
para que tu pueblo se alegre por ti?
(8) Oh Señor,
¡muéstranos tu amor, y sálvanos!
(9) Escucharé lo que el Señor va a decir;
pues va a hablar de paz a su pueblo,
a los que le son fieles,
para que no vuelvan a hacer locuras.
(10) En verdad, Dios está muy cerca,
para salvar a los que le honran;
su gloria vivirá en nuestra tierra.
10 (11) El amor y la verdad se darán cita,
la paz y la justicia se besarán,
11 (12) la verdad brotará de la tierra
y la justicia mirará desde el cielo.
12 (13) El Señor mismo traerá la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
13 (14) La justicia irá delante de él,
y le preparará el camino.*

 Oración: Me acerco a ti Dios santo, no confiado en mi propia justicia, sino confiando en la redención que Jesucristo consumó en la cruz. Ten compasión de mi, restáurame, renuévame, y guíame en tus caminos, que son los mejores caminos para andar. Enséñame a escoger la justicia y la paz todos los días de mi vida.

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

viernes, 24 de junio de 2016

Anhelo por la casa de Dios

Sobre el Salmo 84
Praying Hands by Albrecht Dürer.
 

Estar en la casa de Dios es un privilegio y un misterio. ¿Puedo estar en la misma casa que Dios? Cuando este salmo se escribió se tenía en mente la estructura del tabernáculo o el templo de Jerusalén. En la misma casa podían entrar los seres humanos y Dios, pero la presencia inmediata de Dios se mantenía separada en el lugar santísimo separado del resto por una gran cortina. El pecado humano es lo que nos separa del Dios santo y sin pecado. Cuando Jesús murió en la cruz, la cortina que separaba del lugar santísimo se rompió en dos de arriba a abajo, simbolizando la apertura del acceso para el ser humano a la presencia inmediata de Dios mediante la sangre de Jesús. Jesús hizo posible que podamos acceder directamente a la presencia de Dios y ahora si recibes a Jesús en tu vida, te conviertes en un templo donde el Espíritu Santo se digna en habitar. Somos templos del Espíritu Santo. Ahora podemos estar en la casa de Dios continuamente. Ya no necesitamos estar en un edificio, templo o santuario especial para acceder a la presencia de Dios. La presencia de Dios habita en nosotros. Así que donde quiera que vayamos llevamos con nosotros la presencia de Dios. 

 ¡Cuán hermoso es tu santuario,
Señor todopoderoso!
¡Con qué ansia y fervor
deseo estar en los atrios de tu templo!
¡Con todo el corazón
canto alegre al Dios de la vida!
Aun el gorrión y la golondrina
hallan lugar en tus altares
donde hacerles nido a sus polluelos,
oh Señor todopoderoso,
Rey mío y Dios mío.

¡Felices los que viven en tu templo
y te alaban sin cesar!
¡Felices los que en ti encuentran ayuda,
los que desean peregrinar hasta tu monte!
Cuando pasen por el valle de las Lágrimas
lo convertirán en manantial,
y aun la lluvia lo llenará de bendiciones;
irán sus fuerzas en aumento,
y en Sión verán al Dios supremo.

Señor, Dios todopoderoso,
Dios de Jacob,
¡escucha mi oración!
Mira, oh Dios, con buenos ojos
a aquel que es nuestro escudo,
a quien tú has escogido como rey.

10  ¡Más vale estar un día en tus atrios,
que mil fuera de ellos!
Prefiero ser portero del templo de mi Dios,
que vivir en lugares de maldad.
11  Porque Dios el Señor nos alumbra y nos protege;
el Señor ama y honra a los que viven sin tacha,
y nada bueno les niega.

12  Señor todopoderoso,
¡felices los que en ti confían!*

Oración: Te recibo Jesús en mi vida. Ven a habitar en mi corazón. Conviérteme en un templo sagrado donde tu presencia habite para siempre. Que tu luz me alumbre y alumbre a otros a través de mi.

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

miércoles, 22 de junio de 2016

Plegaria ¿Pidiendo destrucción?

Sobre el Salmo 83

Si estudias al Dios de la Biblia verás que "Compasivo y clemente es el SEÑOR, lento para la ira y grande en misericordia" (Sal.103:8). Es un Dios que no quiere la destrucción del impío sino su redención. "Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis." (Eze.18:32). Dios ama a toda su creación y quiere bendecir a toda las familias de la tierra "...no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9).

Dios se entregó a si mismo en Jesús para obrar nuestra redención "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él." (Juan 3:16-17). Y nos invita a través de Jesús a amar a nuestros enemigos (Mat.5:44).

Por todo esto, cuando leemos salmos como el 83 nos preguntamos: ¿Tenemos derecho de orar de esta manera? ¿Podemos atrevernos a pedir por la destrucción de otro ser humano? Acaso no es más justo pedir por la misericordia de Dios por si tal vez esa persona tenga la oportunidad de arrepentirse y cambiar de vida? "¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?" Eze.18:23.

Creo que este salmo lo debemos leer con los ojos de alguien que ha pasado por muchas injusticias a manos de un enemigo despiadado. Alguien que experimentó muchas frustraciones y abusos. Alguien que en vez de tomar la justicia en sus manos dedide entregar su causa al Dios quien jusga justamente. 

Salmo 83
Oh Dios, no guardes silencio;
    No calles, oh Dios, ni te estés quieto.
Porque he aquí que rugen tus enemigos,
Y los que te aborrecen alzan cabeza.
Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente,
Y han entrado en consejo contra tus protegidos.
Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación,
Y no haya más memoria del nombre de Israel.
Porque se confabulan de corazón a una,
Contra ti han hecho alianza
Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas,
Moab y los agarenos;
Gebal, Amón y Amalec,
Los filisteos y los habitantes de Tiro.
También el asirio se ha juntado con ellos;
Sirven de brazo a los hijos de Lot. Selah
Hazles como a Madián,
Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;
10 Que perecieron en Endor,
Fueron hechos como estiércol para la tierra.
11 Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb;
Como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes,
12 Que han dicho: Heredemos para nosotros
Las moradas de Dios.
13 Dios mío, ponlos como torbellinos,
Como hojarascas delante del viento,
14 Como fuego que quema el monte,
Como llama que abrasa el bosque.
15 Persíguelos así con tu tempestad,
Y atérralos con tu torbellino.
16 Llena sus rostros de verg:uenza,
Y busquen tu nombre, oh Jehová.
17 Sean afrentados y turbados para siempre;
Sean deshonrados, y perezcan.
18 Y conozcan que tu nombre es Jehová;
Tú solo Altísimo sobre toda la tierra.* 

Oración: Lléname de amor a mis enemigos, dame la compasión necesaria hacia aquel que no está conmigo. Y cuando el dolor y la injusticia se tornen imposibles de soportar, ayúdame a no ser seducido por el deseo de venganza y a poner mi causa en tus manos, oh Dios, que jusgas justamente y sin parcialidad.
   
*Reina-Valera 1960 (RVR1960) Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

martes, 21 de junio de 2016

Gobernar con justicia

Salmo 82 
 
Este salmo me recuerda a Jim Carrey en la películo "Todopoderoso" ("Bruce Almigthy") en el que por un tiempo se le permite asumir responsabilidades de Dios. 

Cuando a un ser humano se le permite la oportunidad de gobernar, sale a relucir su verdadero yo, salen a luz cosas escondidas, ambiciones secretas y muchas veces la creencia infantil de que uno puede decidir mejor que nadie lo que es mejor para los demás (sea en el ámbito familiar, político, educativo, o en un grupo de trabajo en una empresa, o en una organización de trabajo voluntario como lo es una iglesia). Si nuestro carácter ha sido transformado hacia el modelo de Jesús, nuestras decisiones reflejarán el carácter de Dios.

En este salmo, el autor nos presenta a un grupo gobernante, que por su dignidad y responsabilidad, el los llama "dioses". Pero, luego les recuerda que aunque tengan esa responsabilidad importante, siguen siendo humanos y tendrán que rendir cuenta al verdadero Dios, quien es el que da el veredicto final. Con el privilegio de gobernar viene implícito el deber de ser justos y representar a Dios en lo que hacemos, especialmente si tomamos decisiones que afectan a otros. No hay excusas para la ignorancia y la confusión. El que gobierna no puede andar en tinieblas ni perseguir ambiciones personales. "Defended al débil y al huérfano; Haced justicia al afligido y al menesteroso." (v.3) 

  Dios está en la reunión de los dioses;
    En medio de los dioses juzga.
¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente,
Y aceptaréis las personas de los impíos? Selah
Defended al débil y al huérfano;
Haced justicia al afligido y al menesteroso.
Librad al afligido y al necesitado;
Libradlo de mano de los impíos.
No saben, no entienden,
Andan en tinieblas;
Tiemblan todos los cimientos de la tierra.
Yo dije: Vosotros sois dioses,
Y todos vosotros hijos del Altísimo;
Pero como hombres moriréis,
Y como cualquiera de los príncipes caeréis.
Levántate, oh Dios, juzga la tierra;
Porque tú heredarás todas las naciones.*


Oración: Transforma nuestro carácter de tal forma que cuando nos toque la responsabilidad de tomar decisiones que afecten a otros estemos preparados para representarte a ti y no actuar en forma egoista.

*Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.