Mateo 5:27-30
Cada uno de nosotros puede identificar situaciones peligrosas que nos empujan al error y al pecado. Circunstancias en las que sabemos que tenemos más probabilidad de tomar decisiones equivocadas.
Yo puedo conocerme a mi mismo y saber que ciertos lugares, ambientes, compañías, comidas, bebidas, música, películas, grado de cansancio, grado de frustración, clases de pensamientos, etc. me predisponen a hacer algo malo, o quizás hacer algo bueno pero con exceso (comer, beber, hablar, trabajar...).
Son debilidades muy personales que debemos identificar. Será diferente para cada uno de nosotros. Pero, cuando identificamos lo que nos lleva a hacer algo malo, debemos arrancarlo de nuestra vida, aunque sea algo valioso en otros sentidos.
Jesús compara este proceso con arrancarme la mano o el ojo. Es algo doloroso. Requiere renunciar a algo valioso con el fin de lograr algo mejor: una vida que honre a Dios. Aunque esta renuncia puede ser dolorosa, será menos dolorosa que dejar mi vida sin disciplina y evitará que me pierda por completo.
Oración: Gracias por la vida que me diste y por mostrarme lo que me hace mal. Ayúdame a evitar circunstancias peligrosas y a eliminar de mi vida aquello que me predispone al mal.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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