Mateo 25:31-46
El pasaje de hoy nos habla de una separación que hará Jesús después de su venida. Unos irán a la vida eterna y otros al castigo eterno. Un elemento de juicio será las evidencias de una vida obediente a Dios:
"Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron”... Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aún por el más pequeño, lo hicieron por mí” (Mateo 25:35-36, 40 NVI).
Aunque nuestra salvación no es por obras que hacemos, sino por fe en la obra de Jesús en la cruz, y es algo invisible. Tratar a los demás seres humanos como si fueran Jesús mismo, es una evidencia de que puse mi fe en Jesús. Me muestra que estoy caminando como alguien redimido.
El egoísmo es una señal de que mi vida no está andando por buen camino. Si amo a Dios de verdad, no puedo ignorar a mis semejantes. La humildad, la misericordia y el amor son consecuencias de la vida de Jesús en mi y me muestra que estoy dando lugar a Dios en mi vida.
Oración: Gracias por tu amor que lo llena todo. Quiero amar como tú amas y valorar a los demás como tú me valoras.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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