Mateo 20:29-34
La gente seguía a Jesús muy interesada en ver y escuchar lo que Jesús tenía para decir. Pero cuando los ciegos del costado del camino comenzaron a pedir ayuda, no los vieron como una oportunidad de ayudar a alguien sino como una molestia. Los ciegos gritando eran una distracción que querían suprimir. A veces nuestra propia necesidad de Dios nos puede hacer ignorar la necesidad de otros.
Sin embargo, Jesús no nos ignora. Él se detuvo, los llamó y les preguntó qué querían. Se interesó en oír sobre su necesidad. Luego ayudó a los ciegos a recobrar la vista.
A veces tengo tanta consciencia de mi propia necesidad que ignoro la necesidad de otros. Otras veces intento ayudar a otro antes de conocer y preguntar sobre cuál es su necesidad sentida. Jesús no sólo ayudaba, sino que se interesaba y se involucraba con las personas. Sabiendo lo que las personas necesitaban, aún así, les preguntaban lo que querían.
Oración: Enséñame a caminar como tú. Quiero salir de mi egoísmo y prestar atención a las personas. Quiero interesarme y conocer al que sufre, sin pretender entender completamente lo que le está pasando. Dame esa compasión y sensibilidad que mostraste al caminar entre nosotros.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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