Mateo 15:1-14
La tradición incluye valores y costumbres que se pasan de una generación a otra. Puede contener reglas y principios muy útiles como las costumbres de higiene. Pero, nunca se debe enseñar una tradición humana como si fuera palabra de Dios. Pertenecen a categorías diferentes. Aunque la cosmovisión bíblica pueda estar integrada como parte de mi tradición heredada, no tienen el mismo nivel de autoridad, no puedo ponerla al mismo nivel que el resto de la tradición. Si de verdad sigo a Jesús, la Biblia debe tener mayor peso para mi que cualquiera de mis tradiciones.
Lo que Dios dice siempre es más importante y valioso que una idea humana (Isaías 55:8-9). Mis tradiciones pueden ser muy buenas, p ro cuando entran en conflicto con las Escrituras, le doy prioridad a la Palabra de Dios. Tengo que examinar mis hábitos y costumbres a la luz de las Escrituras. Lo que me acostumbré a hacer ¿es correcto? ¿Está bien lo que hago? ¿me hace bien? ¿hace bien a los demás? ¿qué dice Dios al respecto? (Salmos 139:23-24)
El hecho de que haya hecho algo toda la vida, hace que me parezca normal y hasta correcto. La costumbre puede enceguecerme para poder evaluar si algo es o no bueno. Necesito una autoridad objetiva fuera de mi mismo para librarme de mis propios prejuicio y poder determinar fehacientemente lo que es bueno y lo que no lo es, más allá de mi propio opinión persona.
Oración: Te doy gracias, por las tradiciones que enriquecen y embellecen mi estilo de vida. Ayúdame a no idolatrar mis tradiciones y a ponerte a ti, Señor, siempre en primer lugar.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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