miércoles, 29 de julio de 2020

Yo soy

Juan 18:4-11

Cuando vinieron a arrestar a Jesús, Él sabía lo que iba a ocurrir. Les sale al encuentro a los soldados y cuando preguntan por él, les dice "Yo soy", lo cual coincide con el nombre de Dios que en español escribimos "Jehová" o Yahveh (en hebreo: יהוה ). Este fue el nombre con el que Dios se identificó con Moisés y muchos otros después de él. Este es el nombre de Dios que significa "Yo soy". Cuando Jesús les responde con una frase similar al nombre de Dios, los soldados hacen un paso atrás y caen desplomados.

Jesús, siendo Dios, tenía el poder de eliminar a esos soldados y a Judas si hubiera querido. Pero, Él prefirió cumplir su misión de redimirnos limitándose a su humanidad, renunciando al uso del poder para beneficio propio, y sin aferrarse a su deidad para aminorar el sufrimiento. Cuando Pedro quiere intervenir violentamente para defenderlo con su espada, Jesús lo frena aclarando de que Él estaba dispuesto a pasar por esa situación aunque significaba un trago amargo.

Ese mismo Jesús prometió estar conmigo todos los días hasta el fin del mundo. Él tiene todo el poder para defenderme, y lo hará cada vez que Él lo considere necesario. Pero, cuando me toque tomar un "trago amargo" como parte de lo que Dios tiene preparado para mi, sabré que en eso también estaré siguiendo a Jesús.

Oración: Gracias por tu amor que te llevó a la cruz por mi y por toda la humanidad. Gracias por estar dispuesto a la entrega total. Dame fuerzas para no desanimarme cuando me toque un trago amargo en la vida. Quiero seguirte hoy y cada día de mi vida con valentía, como lo hiciste tú, sin perder el sentido de propósito y misión.

Siguiendo al maestro
Por Daniel Martin

Reflexiones diarias siguiendo los pasos de Jesús en los evangelios y su aplicación a nuestra realidad hoy.

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