Juan 12:1-11
María estaba mostrando su adoración hacia Jesús ungiéndolo con un perfume costoso. A Judas le parecía un desperdicio económico. -Déjala en paz- le dice Jesús. Él no debía criticar a María por su generosidad hacia Jesús.
Hay personas que en vez de hacer algo, se dedican a criticar al que hace algo. En el caso de Jesús, querían matarlo e incluso matar a Lázaro, que había resucitado, porque él era una evidencia andante del poder de Jesús. En el caso de María, la criticaban por la forma que ella eligió para honrar a Jesús.
Si tomas la iniciativa de hacer algo que honra a Dios, es muy probable que alguien encontrará algo para criticarte. Aunque es bueno oír la opinión de los demás y algunas críticas pueden llegar a ser constructivas, en general, no dejes que las críticas te definan lo que eres ni lo que haces. Es Dios quien debe tener la última palabra, no la gente.
Me importa más lo que Dios dice de mi, que lo que la gente dice de mi.
Oración: Ayúdame a ser generoso y espontáneo como María. Quiero estar listo y dispuesto cuando me das la oportunidad de hacer el bien. Que no me deje dominar por la opinión de los demás, sino que, pueda valorar más lo que tú dices.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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