Juan 18:20-23
Jesús siempre presentaba su mensaje en forma pública y abierta. Su claridad y exactitud hacían imposible refutarlo aunque muchos lo intentaron. Jesús hablaba la verdad, por eso no podían refutarlo sin faltar a la lógica y la verdad. No podían usar un juicio justo para condenarlo.
Los religiosos que querían deshacerse de él tuvieron que usar testigos falsos y manipular la opinión pública para forzar la decisión del gobernador en favor de la ejecución de Jesús.
Jesús no se resistió, porque sabía que con este sacrificio estaba pagando el precio que merecía nuestra culpa. Con su muerte estaba completando la obra que vino a cumplir por la humanidad. El justo moría por los injustos para que los injustos podamos ser justificados.
Oración: Gracias Jesús por pagar el precio de mi culpa y derrotar el mal en mi. Gracias por liberarme de las cadenas que me tenían preso y no me dejaban avanzar. Gracias porque ahora puedo ser libre. Enséñame a caminar en esta libertad con equilibrio y responsabilidad.
Siguiendo al maestro
Por Daniel Martin