Mateo 4:8-10
A lo largo de su vida Jesús fue presionado muchas veces a confiar en personas y metodologías que no concuerdan con Dios. No siempre fue tan obvio como lo relatado en este versículo.
Si Jesús fue tentado así y resistió, nosotros debemos aprender de Él. Debemos analizar nuestro corazón constantemente para ver si estamos poniendo nuestra confianza en algo o en alguien diferente de Dios.
Reemplazar a Dios del centro de nuestro corazón puede ser algo gradual y muy sutil. Puede no ser obvio para los demás o para ti mismo. Por eso examínate (Salmos 139:23-24). Y recuerda las palabras de Jesús: Adora y sírvele sólo a Él.
Oración: Nadie merece mi adoración más que tú, mi Dios. Perdóname cuando te desplazo del primer lugar en mi vida. Quiero amarte y servirte por encima de todo lo demás.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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