Mateo 3:11-12
Juan bautizada a las personas y les enseñaba la importancia del arrepentimiento. Él estaba preparando el camino para la llegada de Jesús. Juan reconoce la supremacía de Jesús "ni siquiera merezco llevarle las sandalias". Sabía que Jesús podía bautizar con fuego y Espíritu Santo en lugar de bautizar solo con agua como hacía él.
La obra de Jesús en nosotros no es superficial o externa. Él transforma profundamente nuestra interioridad. Su obra se compara con la obra purificadora del fuego.
El bautismo y el arrepentimiento aunque son obras buenas y necesarias pueden también ser hechas sólo en apariencia con corazón hipócrita. Pero, la obra de Cristo en nuestro interior por el Espíritu Santo ya no puede ser fingida. No podemos ocultarnos ante Su mirada que todo lo sabe. Él nos ve tal como somos.
Oración: Me acerco Jesús delante de ti para que me examines y me purifiques con tu Espíritu Santo. No quiero guardar ninguna cosa escondida de ti. Me entrego a ti completamente. Límpiame. Moldéame como tú quieres que yo sea.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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