martes, 25 de agosto de 2020

Confusión de identidad

Mateo 4:3-4

Jesús sabía claramente que era Hijo de Hombre e Hijo de Dios también. Aún así, Satanás intentó confundirle: "si eres Hijo de Dios..." haz esto o aquello... Pero Jesús no cayó en su trampa. Si sabemos quién somos no necesitamos hacer algo para probarlo. No necesitamos dejarnos manipular por los que ponen en duda nuestra identidad.

Alguien puede decirte: si eres cristiano... o si eres hijo/a de Dios... deberías hacer eso o aquello... No te dejes manipular. A menos que sea Dios que te pide que hagas algo, no tienes que demostrar nada a nadie. Dios dice que eres hijo/a de Él, y eso ya es suficiente (Juan 1:12) no es por las obras que tú hagas.

Saber quién uno es, es muy importante. Tu identidad no depende de ti. La identidad es algo que te ha sido dado de parte de Dios. Si recibiste a Jesús en tu vida eres hijo/a de Dios y nadie puede separarte de Él (Romanos 8:35-39). Nadie fuera de Dios tiene derecho a decirte quien eres, ni siquiera tú mismo. No dudes de Él. Él te conoce más que ningún otro, y te ama más que ningún otro. Descansa seguro/a en tu identidad. Dios te diseñó, le dio un propósito elevado a tu vida y pagó un alto precio por tu redención.

Oración: Gracias Dios, por haberme creado, por darme un propósito y por pagar por mi redención con tu propia sangre. Acepto y afirmo mi identidad en Jesús.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

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