Mateo 4:23-25
Jesús enseñaba, anunciaba las buenas noticias del reino, sanaba a los enfermos y endemoniados que le traían. Su fama se extendía a las provincias y naciones vecinas.
Él apelaba al intelecto enseñando las Escrituras, edificaba la esperanza anunciando las buenas noticias del reino e intervenía en la salud de sus cuerpos y la de sus espíritus.
Jesús no imponía su mensaje ni sus milagros. Él estaba accesible y disponible, pero cada uno debía tomar la iniciativa de llegar hasta Jesús. Para acceder a su enseñanza había que ir a la sinagoga. Para oír su mensaje y recibir un milagro había que seguirle, generalmente por lugares desérticos fuera de las comodidades de las ciudades.
No hay área de mi vida que a Dios no le interese, pero, para que Él actúe en mi, necesito tomar la iniciativa de darle acceso (Apoc.3:20). Dios te respeta, por eso no te va a forzar a hacer el bien. Eso lo decides tú, y entonces él te dará las fuerzas para hacerlo.
Oración: Te adoro Señor. Te doy acceso a todas las áreas de mi vida. Examíname, instrúyeme, transfórmame y lléname de ti. Quiero que actúes en todas las áreas de mi vida. Ayúdame a tomar consciencia y dejarte entrar en aquellas áreas que todavía están malas o desatendidas.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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