Marcos 1:29-34
Al ir a casa de Simón y Andrés, Jesús demuestra que no sólo tiene autoridad intelectual y espiritual, sino también sobre la salud física. Cuando la población se dio cuenta de esto, se aglomeraron a la puerta y Jesús sanó a muchos.
Cuando Dios hace milagros de sanidad, la gente se siente atraída porque, generalmente, queremos librarnos de nuestras aflicciones. Al buscar un milagro, no necesariamente estamos buscando a Dios. Pero al hacerlo algunos se dan cuenta de que Dios existe y que nos ama, y allí comienza una relación transformadora con Dios. Esta relación trascendental tiene consecuencias positivas para toda la eternidad.
Recuperar la salud después de una enfermedad es un asunto muy pasajero si lo comparamos con los millones de años de la eternidad. En realidad, el milagro más grande y trascendente es conocer a Dios. Pero, para muchos conocer a Dios no es una necesidad percibida, así que, las enfermedades u otros problemas de la vida sirven como detonantes para darnos cuenta de cuánto necesitamos a Dios.
C.S.Lewis dijo: "Podemos ignorar el placer, pero el dolor insiste en que le prestemos atención. Dios susurra en nuestros placeres, habla en nuestras consciencias, pero grita en nuestros dolores. El dolor es el megáfono de Dios para despertar a un mundo sordo."
Oración: Ayúdame a estar atento aún a tus susurros para no ignorar tu voz. Frecuentemente, me quedo maravillado de lo bueno que es ser guiado por ti. Gracias por hablarme y tenerme paciencia.
Siguiendo al maestro.
Por Daniel Martin
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