viernes, 12 de febrero de 2021

Este es...

Mateo 27:45-56

Después de presenciar la crucifixión, las insinuaciones de los sacerdotes y la burla de la gente, los soldados que custodiaban el área fueron testigos de la agonía de Jesús. La tierra se oscurece por tres horas hasta que Jesús muere, y entonces las tierra tiembla, rocas se parten, sepulcros se abren, muertos resucitan, y el velo del templo se parte en dos. Cuando los soldados ven todo esto quedan aterrados y dicen: "¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!"

Los testigos presenciales de la muerte y resurrección de Jesús fueron transformados radicalmente y comenzaron a difundir este mensaje lleno de fe y amor de Dios, muchas veces aún poniendo en riesgo su vida para poder hacerlo.

Cada uno tiene que examinar las evidencias y decidir si va a creer o no en Jesús como el Hijo de Dios. La muerte y resurrección de Jesús son un mensaje contundente de Dios y están llenos de amor y poder para salvarnos.

Hoy cuando miro a las evidencias históricas de la muerte y resurrección de Jesús, y la manera en que Él se reveló a la humanidad, no puedo menos que amarle y llenarme de gratitud por tanto amor.

Oración: Gracias Señor por haberte entregado por amor a mi y al resto de la humanidad. Quiero responder a ese amor viviendo una vida de entrega a ti y a mis prójimos, para honrar tu nombre.


Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin



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