viernes, 5 de junio de 2020

No tengo a nadie

Juan 5:1-15

Además de estar enfermo por tanto tiempo, el paralítico estaba solo. Jesús intervino dándole la libertad que le permitiría volver a construir lazos que había perdido con otras personas.
Dios interviene en nuestras vidas dándonos las herramientas que necesitamos para vivir y relacionarnos, pero nosotros debemos caminar. Como el paralítico, a veces necesitamos que Dios nos diga: "levántate y anda". Dios obra milagros en nosotros, pero nosotros debemos tomar la iniciativa de vivir esa vida que Jesús nos da.

Oración: Gracias por interesarte en mi vida. Gracias por la obra de tu Espíritu en mi. Ahora quiero moverme hacia adelante, caminar, crecer en obediencia, relacionarme, ir hacia adelante viviendo las obras que preparaste de antemano para que viviríamos en ellas.

Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró de que ya tenía mucho tiempo de estar así, le preguntó:
—¿Quieres quedar sano?
—Señor —respondió—, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua y, cuando trato de hacerlo, otro se mete antes.
—Levántate, recoge tu camilla y anda —le contestó Jesús.
Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar. JUAN 5:6-9 NVI

Siguiendo al maestro
Por Daniel Martin

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