Una maratón
generalmente nos hace pensar en la paz, el amor por la vida, la tenacidad
humana, una buena causa, la perseverancia. La maratón de Boston de este año se
tiñó de sangre, violencia y miedo. Nuestro sentimiento y oraciones estaban con
la gente de Massachusetts a la espera de la policía para resolver el misterio de
este ataque terrorista ... Hablamos de esto en el lugar de trabajo. Tratamos de
entender lo que estaban pensando los dos muchachos? ¿Qué justificación podrían
crear en sus mentes para ser capaz de matar a víctimas inocentes? Qué difícil
debe haber sido para la familia Tsarnaev descubrir lo que sus hijos estaban
haciendo?
En
mi ciudad en Passaic había muchas falsas alarmas de bomba en las escuelas esta
semana. Todos los niños estaban movilized de su escuela. Muchos estaban
consumidos por el miedo. La policía fue movilizada con sus coches y helicópteros
y tuvieron que investigar.
La
violencia no es una experiencia poco común. A veces es el resultado de nuestras
frustraciones y la ira. Pero a veces se cubre con justificaciones como: "la
lucha por la paz", "es la única solución", "es la única salida", o lo que es
peor, se practica sólo por diversión como cuando los romanos veían a los leones
matar humanos por diversión. La violencia puede expresarse con la agresión
fisica, o con palabras violentas que también hacen mucho daño.
A
mí me gustan las películas de acción. Pero más y más acción en las películas
llegó a significar violencia. La vida humana llega a ser infravalorada. Se
pierde el respeto por la vida ajena. La vida humana pierde su dignidad. Incluso
algunos artistas como en la banda Mayhem pintan la violencia como algo agradable
y atractivo. Muchas canciones, programas de televisión y los videojuegos
fomentan un des-sensibilization a la violencia. Nos obligan a considerarlo como
algo normal y común.
La
Biblia nos dice: "Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios ... blasfemias" (Mateo 15:19). "El corazón es engañoso por sobre
todas las cosas, y perverso" (Jeremías 17:9)
Nosotros (yo
y tú) somos los responsables, los generadores y productores de violencia. Nace
en nuestro corazón, y cuando nos permitimos continuar acariciando pensamientos
destructivos crece en complejidad, se convierte en una actitud violenta y luego
empieza a reflejarse en nuestras acciones.
La
violencia viene de nuestro corazón y nuestros patrones de pensamiento. Si
justificamos nuestros sentimientos de odio y deseo de venganza, la violencia se
hace real en nuestro matrimonio, nuestra familia, con nuestros colegas e incluso
contra nosotros mismos. La mayoría de nosotros hemos recurrido a la violencia en
algún grado. La violencia destruye nuestra valor personal, nuestras relaciones,
nuestra familia y nuestro futuro.
Es
por eso que Dios está en contra de la violencia. La violencia no nos hace ningún
bien. Dios quiere que estemos conectados a él, con nuestros amigos y familiares,
con nuestros barrios y con una visión saludable de nosotros mismos.
La
violencia comienza en nuestro corazón ... mi corazón ... tu corazón ... y debe
ser sanada allí mismo.
Estoy de
acuerdo con algunas normas de control de armas y de tomar medidas preventivas
para ayudar a enfermos mentales. Se evitarán las heridas autoinfligidas de los
propietarios de armas, y de su familia. Pero, lo que hay de malo en nuestro
corazón no se puede curar con soluciones superficiales externas.
Dios dice:
"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros" (Ezequiel
36:26).
Esta es la
razón porque un transformación moral, sincera es la mejor solución para estos
males mortales y peligrosas que están plagando nuestra sociedad. Necesitamos un
nuevo corazón. Tú y yo.
En
lugar de la violencia, necesitamos el perdón, la paz, la comprensión, la
paciencia. La sanidad de la violencia trae paz y alegría, que es mucho más
deseable que la destrucción o la violencia.
Dios puede
ayudarnos a cambiar. Pero debemos tomar la decisión. Y debemos ser sinceros.
Dios prometió darte un corazón nuevo, un corazón más como él. Y cuando Dios
promete algo lo hace.
Empieza hoy.
Rechaza todas los pensamientos destructivos. Recuerda a Jesús en la cruz, que
fue capaz de perdonar incluso a sus verdugos. Pídele a Dios que ponga Sus
pensamientos en tu mente. No dejes que la ira domine tu forma de pensar. Perdona
tan pronto detectes ira en tu corazón en contra de alguien. Ama a la gente, ama
y trata de entender. El amor tiene un gran poder sanador. Y, por último, el amor
satisface más que la violencia. Amamos no sólo cuando la gente se lo merece,
amamos cuando decidimos amar.
Daniel Martin
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