sábado, 10 de abril de 2021

Madre y hermanos

Marcos 3:31-35

Los hermanos de Jesús y su madre querían acercarse a Él y no podían por la multitud que le rodeaba. Así que lo mandaron a llamar. Jesús aprovechó para enseñar a todos los que lo rodeaban que ellos también eran sus hermanos, sus hermanas y su madre, si hacen la voluntad de Dios.

Jesús no privilegia sus relaciones de sangre. Nos muestra que todos podemos ser parte de Su familia. Queda claro aquí que lo que nos define como familia de Dios es que hacemos Su voluntad.

No hay privilegio mayor que ser aceptado en la familia de Dios. Jesús hizo eso posible para mi (Juan 1:12). Él me acepta así como soy, pero me ama demasiado como para dejarme en mi estado de error. Cuando conozco a Jesús y le sigo, comienzo a hacer Su voluntad. Al obedecerle mostramos que amamos a Dios (Juan 14:23).

Oración: Gracias por amarme tanto y hacerme parte de tu familia. Quiero amarte cada día haciendo Tu voluntad.

Siguiendo al maestro.

Por Daniel Martin

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